Enrique Manzano
Departamento de Producción Agropecuaria
Facultad de Ciencias Agrarias
Universidad Nacional de Cuyo
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Principios de diseño
Hay principios intrínsecos que se tienen que entender para capturar el espíritu del jardín japonés. Lo más importante, la naturaleza es el ideal al cual se debe aspirar, se puede idealizar, incluso simbolizar, pero nunca crear algo que la naturaleza no pueda.
Nunca se encontrará un estanque cuadrado en el medio natural, así que no se deberá poner uno en el jardín. Se puede usar una cascada, pero no una fuente. Otro punto clave es el equilibrio o sumi. Siempre se trata de crear un paisaje grande, incluso en espacios pequeños. Una piedra de varias toneladas se ve bien en un jardín de paseo de varias hectáreas, pero ¿qué efecto tendría esto en un patio de diez por diez metros?
Las rocas pueden representar montañas enteras, los estanques lagos, un área chica de arena rastrillada un océano.
Los elementos tiempo y espacio
Una de las primeras cosas que ven los ojos occidentales en un jardín japonés es el vacío en partes del mismo. Esto es inquietante para jardineros acostumbrados a llenar cada espacio del jardín, haciendo un derroche de color. Este vacío es un elemento clave en el diseño de jardines japoneses. Este espacio, conocido como ma, define los elementos que lo rodean. Es el verdadero espíritu de in y yo.
Sin nada, no se puede tener algo. Este es un punto difícil de entender, pero es un principio central de la jardinería japonesa.
Otro punto clave a considerar es el concepto de wabi y sabi. Como tantas palabras en japonés, no hay traducción única. Wabi puede denotar uno–de–un–tipo, o el espíritu de algo, lo más cercano traducido literalmente es solitario. Sabi define el tiempo o la imagen ideal de algo, la definición más cercana podría ser pátina. Una roca puede ser vieja y cubierta de líquenes, pero si es sólo una roca redonda no tiene wabi, se debe hacer un esfuerzo por encontrar ese equilibrio.
Ambos conceptos, ma y wabi/sabi negocian con el tiempo y el espacio. Si el jardín es el espacio, el tiempo está representado por el cambio de estaciones. Los japoneses lo aprecian durante las cuatro estaciones.
En la primavera está el verde brillante de los nuevos brotes y las flores de las azaleas, en verano se aprecian los contrastes del exuberante follaje, pintado contra las frescas sombras y el chapoteo de las carpas koi en el estanque, otoño tiene los colores de las hojas muertas y en el silencio sepulcral del invierno, el jardín está enterrado bajo un manto de nieve.
El invierno en Japón es una temporada en el jardín como la primavera. Los japoneses se refieren a la nieve acumulada en las ramas de los árboles como sekku, o flores de nieve, y una linterna llamada yukimi, es conocida como la linterna para ver la nieve. Foto 1
Foto 1: Jardín en invierno Sekku árboles con nieve |
El jardín es un microcosmos
Un concepto inherente al jardín es recinto. El jardín puede ser un microcosmo de la naturaleza si está logrado. Para que se transforme en un refugio, hay que cerrarlo del mundo exterior, pero una vez cerrado también se debe poder entrar y salir de ese microcosmo.
En el jardín se deben dejar de lado las preocupaciones e inquietudes de la vida cotidiana. La cerca lo aísla del exterior y la puerta es el umbral donde se dejan de lado las preocupaciones del mundo. La cerca es también una herramienta expresada en la palabra miegakure, cuyo significado es ocultar y revelar. La visual atrás de una pantalla puede ser mínima, pero además se la complementa con vegetación, dando al paseante toques fantasmales.Si se abre una pequeña ventana en la pared, se puede tener una idea de lo que hay atrás, aunque solo vea una pequeña parte.
Foto 2: Miegakure ocultar y revelar |
La sode–gaki o cerca de bambú, se fija a una estructura arquitectónica, ya sea la casa u otra valla, para seleccionar una vista específica. El paso final para apreciarlo y perderse en el jardín, es entrar al mismo y disfrutarlo plenamente.
Foto 3: Sode gaki o cerca de bambú |